Este tipo de trabajos da gusto hacerlos, una compañera me pidió algo muy especial que no encontraba por ningún sitio. Me encontré con un nuevo reto, la inicial de su nombre tal y como ella la hace. Con tranquilidad, sin prisas, cuando me ha apetecido dar una nueva puntada, disfrutando al máximo del trabajo sin límites y sobre todo, para una amante de los broches y de lo barroco, bien recargado, qué se vea. Y éste es el final de una larga historia, una D también de descomunal. Lleva 80 tupis, una cadena de stráss, mariposas, cubos, chatones engastados, todo ello de calidad Swarovski, piedras semipreciosas, rondeles, rocallas de dos tamaños, tubos y por supuesto soutache, todo ello regado con una buena ración de paciencia.
En un principio pensé que quería algo discreto y le pedí a
Celeste que me mandara soutache en colores suaves que yo sabía que ella había adquirido al por mayor con la intención de crear una página para las que quisieran adquirirlo pero me equivoqué, lo que quería era un broche que destacara por encima de todo, así que aquí os dejo contemplando este colorido y colosal trabajo.
Ah! Y ya sabéis, si queréis soutache no tenéis más que pedírselo a
Celeste y ella con mucho gusto os lo servirá. Aquí os dejo una muestra de lo que me mandó, a mí me gusta la calidad y no tiene ningún nudo que tanto afea un trabajo.