La pulsera princesa

  Os tengo que pedir que encendais los altavoces porque así esta nueva entrada cobra otra dimensión distinta. Gracias a todas por venir.

   Érase una vez una pulsera princesa que moría de pena y tristeza en el fondo de un cajón, su creadora la fue hilvanando tupi a tupi con todo el amor de que una persona es capaz, era su primera pulsera y mientras la hilvanaba sólo pensaba en una persona muy queridaX-ELLA y como tal fue creada.
  Esa persona, musa de su inspiración, se había marchado muy lejos para nunca volver y por eso la guardó, sin saber que la pulsera moría un poco más cada día que pasaba en ese oscuro cajón.
  Cierto día la creadora conoció a una persona que llenó un poquito el vacío que sentía y que hasta llegó a querer, entonces la pulsera princesa cobró una dimensión distinta, había llegado la hora de desempolvarla y resucitarla y decidió que tenía que lucir en la muñeca de esa persona que había conocido sin saber cómo.

 Y desde entonces, la pulsera princesa, por primera vez quedó satisfecha y alegre porque por fín había llegado a su destino, una muñeca donde poder lucirse.
  Y la creadora vivió feliz porque descubrió que todas las cosas de las que disponemos están hechas para ser utilizadas y porque la musa de su inspiración de su obra prima  gozaba de lo mejor de la pulsera, todo el amor con que fue creada.


  Queridas amigas bloggueras, todas nuestras obras aún siendo iguales son diferentes, todo depende del pensamiento que en ese momento nos acompañe, les damos un alma nueva y eso las eleva a la categoría de ÚNICAS.


       Gracias por todo Celeste, sobre todo por el significado que este regalo lleva consigo.





                                                  Este es mi homenaje a ti y X-ELLA